martes, 12 de abril de 2016

EL RELOJ DE DIOS - Por Eduardo Ramos Campagnolo -

La línea temporal de los seres humanos no avanza, no va hacia adelante-note el lector que no escribí "tiempo"-, esta línea temporal es regresiva, va hacia atrás, esto es detectado solo por el subconsciente, por ello manifiesta ansiedad. La línea temporal es una luz que se consume, que no "pasa" hacia adelante, en realidad está volviendo, ¿ y hacia adonde vuelve?, vuelve al momento de la concepción, al punto de partida, al momento en que se generó la vida-que es la luz-, luz que nació de la materia, materia que es la resultante de la unión del óvulo con el espermatozoide. En mi caso este óvulo provino de una madre de 24 años y el espermatozoide de un padre de 25 años de edad, de vida, Ambos estaban regresando en sus líneas temporales y éstos padres hace 61 años me concebían por la voluntad de Dios. A su vez la línea temporal de mis padres estaba volviendo hasta el momento en que cada uno de ellos fue concebido.
   Quién crea que el futuro es el mañana, se equivoca, el futuro fue ayer. Venimos de una línea temporal más amplio y vamos hacia una línea temporal más reducida. El futuro ya pasó, por ello recordamos el futuro y queremos llegar al pasado- sí no está mal escrito-. Siempre lo he afirmado el futuro es lo único que existe, que existió y que existirá, aunque no podamos decir: "Nos vemos ayer" o "Chau, hasta ayer" porque el hecho de vernos aún está por suceder.

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