Los seres humanos podemos ser inteligentes y/o creativos. En la inteligencia y sus distintos tipos , las llamadas inteligencias múltiples, psicológica, biológica, operativa, emocional, linguística, lógica, visual, corporal, musical, etc... diferenciamos la verdad científica - demostrable - en dos conceptos: relacionar y resolver. Y luego notamos el conocimiento vulgar: el mito, la creencia. En la creatividad encontramos algo nuevo, original y posible, elaboramos un nuevo enfoque que puede resolver un concepto erróneo. En ambos casos es imprescindible estudiar y mucho, el yo debe estar totalmente enamorado de la temática específica que pretendamos saber. asimilar el conocimiento con la colaboración de su hermana melliza e inseparable: la memoria. ¿Porqué escribo que debemos estudiar muchísimo?, porque el 95% de lo que registramos es basura informativa, a través del televisor o la internet: chismes, publicidades, novelas, deportes, farándula y demás. A esta basura informativa la repetimos como loros sin haberlas verificado. Comparemos el comportamiento del pez con el comportamiento del cardúmen: o el hombre y la masa; En estado alfa, o saliendo de él, en estado consciente, habiendo adquirido conocimientos científicos se puede llegar a ser creativo, aplicando esos conocimientos a nuevas vías, una nueva verdad que reemplaza a la otra. Aunque en el hombre la inteligencia puede ser adquirida y heredada. En los animales hay una conducta de preservación instintiva, una capacidad; en el hombre contemporáneo pareciera haber una discapacidad autodestructiva. Los hombres podemos hablar, los animales no, sí pueden comunicarse. En la masa como en el cardúmen u otro agrupamiento animal, existe lo heredado, el ADN se impone: sexo, poder, superioridad. ¿Y en el hombre? estimados lectores, han caído en mi trampa. Pero no es original, responde a patrones genéticos. Pero, como todo puede cambiar y lo que ayer fue una verdad revelada, hoy puede no serlo y mutar en una farsa majestuosa siempre es conveniente recordar que hace setenta mil años a un mono "El Homo Sapiens" alguien le activó esa función del cerebro que bautizamos "la creatividad".
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