Escribo que éste, es un domingo ( se escribe con minúsculas) -diferente-, y lo he advertido en el esplendor de las glicinas, que es mucho más intenso en su lila majestuoso, como majestuosa es un niña-mujer que cumple quince años, un acontecimiento maravilloso e inocente.
Es un domingo único e irrepetible en la magia de su belleza. El bosque ha limpiado la hojarasca del otoño ¡ es una primavera angelical! No había visto glicinas tan hermosas desde mi niñez, vuelvo a ser un niño viendolas.
Nuevamente soy un niño, tengo un horizonte infinito y un presente pleno de felicidad, de paz y de tranquilidad. Y ya no quiero como antes "ser grande" quiero quedarme niño, eternamente niño...
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