sábado, 25 de junio de 2016

LA SATIRA INCONCLUSA - Por Eduardo Ramos Campagnolo -

Los bufones son personajes que existieron, existen y estarán siempre. Son personajes que alquilan su cuota de poder al monarca de turno, son saltimbanquis que dan volteretas en el escenario compartido de los castillos, también comparten el banquete palaciego.  Pueden jugar a las stasis o demostrar una dinámica atemorizante y veloz como un rayo. Siempre dispuestos a arrancar la risa cáustica de la serpiente y las lágrimas de los espectadores. Responden incondicionalmente al mandato caprichoso inventando cada vez que cambian su pellejo, nuevas y míticas tragedias, teatro que se convierte en culto del populacho. Por un puñado de monedas y la amenaza siempre latente de perder los favores del monarca realizan lo que es, en realidad su verdadero trabajo: complacer los caprichos del monarca, responder a los intereses de los nobles, si es necesario también distraer con cuentos de víctimas y jaurías. Lo importante es no confundir payasos con bufones, porque los bufones son mercenarios malditos y en definitiva: cómplices.

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